Para la mayoría de las empresas en Perú, una devolución de impuestos es un evento reactivo: un trámite que se inicia para recuperar dinero que, por diversas circunstancias, se pagó de más. Sin embargo, para las empresas financieramente estratégicas, la generación de un saldo a favor recuperable no es un accidente, sino el resultado predecible y gestionado de una planificación fiscal inteligente.
Al utilizar todas las herramientas legales y contables, la empresa se asegura que nunca se inmovilice más capital del estrictamente necesario en pagos adelantados, y de tener un mecanismo eficiente para recuperar cualquier exceso estructural.
Te compartimos una serie de las estrategias de planificación tributaria proactiva que no solo se prevean pagos innecesarios, sino que optimizan la carga fiscal anual para que la empresa mantenga la mayor liquidez posible, recuperando eficientemente cualquier excedente a través de saldos a favor.
De contabilidad reactiva a planificación estratégica
La diferencia fundamental radica en cómo se utiliza la información contable.
- Contabilidad Reactiva: Se limita a registrar las operaciones pasadas y a cumplir con las fechas de declaración de impuestos. Un saldo a favor es una «sorpresa» que se descubre al final del período.
- Contabilidad Estratégica: Utiliza la información contable en tiempo real para proyectar, planificar y tomar decisiones que optimicen la carga fiscal y el flujo de caja futuros. Un saldo a favor es un resultado anticipado y gestionado.
En este segundo enfoque, un saldo a favor bien planificado y rápidamente recuperado puede incluso ser visto como una herramienta financiera: un capital propio que se recupera en un plazo predecible.
Estrategia 1: Planificación anual del Impuesto a la renta
Esta es el área más clara donde la planificación puede generar un saldo a favor recuperable al cierre del año. El objetivo es alinear los pagos adelantados (pagos a cuenta) con la estimación más realista posible del impuesto final.
1.1. Proyección de resultados y estimación del impuesto anual
La planificación no empieza en diciembre, sino a mediados de año. A partir de junio o julio, se debe realizar una proyección financiera seria que estime los ingresos y gastos para todo el ejercicio. Con esta utilidad proyectada, se puede calcular una estimación del Impuesto a la Renta anual a pagar.
1.2. Gestión inteligente de los Pagos a Cuenta (Artículo 85, LIR)
Una vez que se tiene el impuesto anual estimado, se debe comparar con la suma de los pagos a cuenta que la empresa viene realizando mensualmente. Si la proyección indica que los pagos a cuenta superarán significativamente el impuesto final, se deben tomar acciones correctivas para no inmovilizar capital innecesariamente:
- Modificación del coeficiente: Si los resultados financieros de la empresa son peores que los del año anterior, se puede solicitar a la SUNAT, a partir del período de julio, la modificación del coeficiente utilizado para calcular los pagos a cuenta, ajustándolo a la nueva realidad.
- Suspensión de pagos a cuenta: Si el estado de ganancias y pérdidas a mitad de año demuestra que la empresa probablemente obtendrá una pérdida o no tendrá impuesto a pagar, se puede solicitar la suspensión total de los pagos a cuenta por los meses restantes del año.
1.3. Maximización y aceleración de gastos deducibles
Una planificación rigurosa asegura que todos los gastos legítimos sean registrados y deducidos. Esto incluye:
- Depreciación acelerada: Aprovechar los beneficios de depreciación acelerada que la normativa permite para ciertos activos o sectores. Esto aumenta el gasto deducible, reduce la base imponible del impuesto y, por ende, puede hacer que los pagos a cuenta ya realizados resulten en un saldo a favor mayor.
- Provisiones deducibles: Realizar un correcto y oportuno registro de las provisiones de cobranza dudosa, desvalorización de existencias y otras provisiones permitidas por ley.
Estrategia 2: Optimización del IGV para saldos recuperables
Aunque el IGV es un impuesto mensual, una gestión planificada puede asegurar la correcta acumulación de saldos a favor recuperables.
2.1. Empresas exportadoras: Centros de Costos
No basta con exportar. Para maximizar la devolución del Saldo a Favor del Exportador (SFMB), es fundamental llevar un sistema de costos que permita vincular de manera inequívoca las compras locales (y su IGV) con la producción destinada a la exportación. Una contabilidad de costos bien estructurada es el mejor sustento ante una fiscalización y asegura que se recupere el 100% del crédito fiscal aplicable, sin reparos.
2.2. Estructuración para beneficios sectoriales y de inversión
Esta es la forma más avanzada de planificación. Antes de realizar una inversión significativa o de establecer una nueva operación, se debe analizar si la estructura del proyecto puede calificar para un régimen de devolución especial:
- Recuperación Anticipada del IGV (RERA): Si se planea un proyecto con una etapa preoperativa larga (ej. construcción de una planta), estructurarlo para cumplir los requisitos del D.L. 973 puede permitir la recuperación del IGV de la inversión inicial mucho antes de empezar a vender.
Estrategia 3: La Planificación Operativa del Trámite
Tener un saldo a favor no sirve de nada si el proceso para recuperarlo es lento e ineficiente. La planificación también abarca la gestión del propio trámite.
- Sistema de Detección Temprana: Implementar reportes contables mensuales que alerten automáticamente cuando un saldo a favor de IGV (por retenciones/percepciones) cumple los tres meses de acumulación requeridos para ser solicitable.
- Preparación de «Expedientes Pre-armados»: No esperar a tener el derecho para empezar a buscar documentos. Una práctica de gestión de alta eficiencia es tener carpetas digitales permanentemente actualizadas con los sustentos clave (reportes de retenciones, facturas con percepciones, etc.). Cuando se activa la alerta de «saldo solicitable», el expediente ya está prácticamente listo. La velocidad de la devolución depende directamente de la velocidad de esta preparación.
La Planificación fiscal como ventaja competitiva
La gestión tributaria moderna, especialmente en un entorno normativo tan complejo como el peruano, debe ir más allá del simple cumplimiento. Una planificación fiscal proactiva transforma la relación con la SUNAT y las obligaciones tributarias de una carga reactiva a una herramienta estratégica para optimizar el flujo de caja y fortalecer la posición financiera de la empresa.
Generar y recuperar eficientemente saldos a favor no es un accidente que ocurre al final del año; es el resultado de un sistema de gestión financiera y contable superior que se aplica durante todo el ejercicio.
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